¿Cómo calmar un ataque de ansiedad? Estrategias

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Sentir un ataque de ansiedad puede ser aterrador. De repente, el cuerpo reacciona como si estuviera en peligro, aunque no exista ninguna amenaza real. El corazón se acelera, el aire parece faltar y la mente se llena de pensamientos catastróficos. En medio de esa experiencia, saber cómo calmar un ataque de ansiedad es clave para recuperar el control. En este artículo te explicaré qué es un ataque de ansiedad, qué hacer y qué no hacer durante uno, y cómo trabajar para reducirlos a largo plazo con apoyo psicológico.

¿Qué es un ataque de ansiedad?

Un ataque de ansiedad es una reacción intensa del sistema nervioso ante una situación que percibe como amenazante. Suele aparecer de forma repentina y puede durar desde unos minutos hasta más de media hora.

Los síntomas más comunes son:

  • Palpitaciones o sensación de que el corazón late con fuerza
  • Dificultad para respirar o sensación de ahogo
  • Mareo o sensación de inestabilidad
  • Temblores o sacudidas
  • Sudoración excesiva
  • Opresión en el pecho
  • Sensación de perder el control, volverse loco o morir

Aunque los síntomas son muy desagradables, es importante recordar que un ataque de ansiedad no pone en riesgo la vida. Comprender esto es el primer paso para calmar la mente y el cuerpo.

¿Cómo calmar un ataque de ansiedad en el momento?

Cuando el ataque aparece, es fundamental actuar con estrategias que ayuden a restablecer el equilibrio físico y emocional. Aquí te comparto técnicas que suelen ser efectivas:

  • Respiración profunda y pausada: Inhala lentamente por la nariz contando hasta 4, mantén el aire por 2 segundos y exhala por la boca contando hasta 6. Repetir este ritmo ayuda a reducir la activación del sistema nervioso.
  • Enfocarse en el presente: Una técnica útil es observar el entorno con atención. Por ejemplo, identificar 5 cosas que ves, 4 que puedes tocar, 3 que oyes, 2 que hueles y 1 que puedes saborear.
  • Repetirte frases tranquilizadoras: Frases como “esto pasará”, “no estoy en peligro” o “puedo manejar esta situación” ayudan a reducir los pensamientos catastróficos.
  • Cambiar de postura: Si es posible, siéntate en un lugar cómodo, apoya los pies en el suelo y mantén la espalda recta. Adoptar una postura estable puede enviar señales de seguridad al cerebro.
  • Permitir que las sensaciones fluyan: No luches contra el ataque. Reconoce que es una reacción temporal y que no necesitas detenerla por la fuerza.

Aplicar estas estrategias con amabilidad hacia ti mismo facilita que el cuerpo vuelva poco a poco a un estado de mayor calma.

¿Qué no hacer durante un ataque de ansiedad?

Ciertas conductas o pensamientos pueden intensificar la experiencia en lugar de aliviarla. Es importante saber qué evitar:

  • No hiperventilar: Respirar rápido y superficialmente puede aumentar síntomas como mareo y opresión en el pecho. Mantener la respiración lenta es clave.
  • No luchar contra los síntomas: Resistir o tratar de bloquear la ansiedad suele incrementar su intensidad. Es mejor aceptar las sensaciones como pasajeras.
  • No recurrir a sustancias como alcohol o cafeína: Estos productos pueden alterar el sistema nervioso y empeorar la ansiedad.
  • No alimentar pensamientos catastróficos: Evita pensar que estás en peligro inminente o que algo terrible sucederá.
  • No huir impulsivamente: A menos que el entorno sea realmente peligroso, es preferible permanecer en el lugar. Huir refuerza la idea de que no puedes afrontar la situación.

Conocer estas recomendaciones te permitirá afrontar los ataques con mayor confianza y serenidad.

¿Cómo trabajar para reducir los ataques de ansiedad?

Más allá de aprender cómo calmar un ataque de ansiedad en el momento, es importante abordar las causas que los generan. Aquí te comparto algunos pasos que te ayudarán en ese camino:

  • Identificar los desencadenantes: Presta atención a cuándo y en qué contextos suelen aparecer los ataques. Esto te ayudará a anticiparte y prepararte.
  • Fortalecer la regulación emocional: Prácticas como la respiración consciente, el mindfulness o el ejercicio físico regular ayudan a reducir la reactividad emocional.
  • Modificar patrones de pensamiento: Muchas veces los ataques se alimentan de pensamientos negativos automáticos. Aprender a identificarlos y cuestionarlos es clave.
  • Cuidar los hábitos de vida: Dormir bien, mantener una dieta equilibrada y encontrar espacios de descanso y disfrute fortalecen tu resiliencia emocional.
  • Buscar acompañamiento profesional: La terapia psicológica especializada en ansiedad es una de las herramientas más efectivas para comprender y transformar estas experiencias.

Reducir la frecuencia e intensidad de los ataques es posible cuando te permites trabajar en profundidad con el apoyo adecuado.

La importancia de la terapia psicológica

Si los ataques de ansiedad se repiten o afectan tu calidad de vida, buscar ayuda profesional es una decisión valiente y muy recomendable. Un proceso terapéutico te permitirá explorar las raíces de tu ansiedad, aprender técnicas personalizadas para gestionarla y fortalecer tu capacidad de afrontar situaciones difíciles.

La terapia psicológica no solo ayuda a calmar los ataques de ansiedad, sino que también te ofrece herramientas para vivir con más equilibrio y bienestar. A través del acompañamiento de un psicólogo, podrás transformar tu relación con la ansiedad y recuperar la confianza en tu capacidad para manejarla.

Este contenido es informativo y ha sido revisado por nuestro equipo clínico. Ten en cuenta que no sustituye las recomendaciones personalizadas que un psicólogo puede darte en consulta. Si sientes que necesitas apoyo psicológico, no dudes en buscar ayuda. Aquí puedes encontrar psicólogos acreditados que están listos para ayudarte.

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