Poner límites en el trabajo: cómo hacerlo y por qué cuesta tanto

Límites en el trabajo

Poner límites en el trabajo significa establecer de forma clara qué estás dispuesto a aceptar y qué no, en cuanto a horarios, responsabilidades, trato, y comunicación dentro del entorno laboral. Es una manera de cuidar tu salud mental, tu tiempo y tu equilibrio entre la vida personal y profesional.

Establecer límites nos permite expresar aquello con lo que no nos sentimos cómodos. Estos nos ayudan a cuidar nuestras relaciones, tener mayor bienestar y cuidarnos a nosotros mismos. Así, podemos poner límites con nuestras familias, parejas, amistades, y también podemos tener límites en el trabajo.

¿Qué son los límites laborales?

Poner límites en el trabajo significa marcar con claridad hasta dónde puedes y quieres llegar en tus responsabilidades. Estos límites abarcan temas como horarios, carga de trabajo, trato personal, comunicación y respeto de funciones.

No se trata de poner barreras rígidas, sino de cuidar tu salud mental y física, evitar el agotamiento emocional y mantener un equilibrio sano entre tu vida laboral y personal.

Señales de que necesitas poner límites

  • Te cuesta decir “no” aunque estés saturado.
  • Llevas trabajo a casa constantemente.
  • Te interrumpen fuera de tu horario laboral.
  • Sientes que no respetan tu tiempo o funciones.
  • Aceptas tareas que no te corresponden por miedo al conflicto.
  • Estás agotado o frustrado por exceso de responsabilidades.

Beneficios de poner límites en el trabajo

  • Protege tu salud mental: previene estrés y burnout.
  • Fomenta relaciones laborales sanas: el respeto mutuo aumenta.
  • Balance vida-trabajo: tiempo real para descansar y disfrutar.
  • Refuerza la autoestima: te reconoces como alguien valioso.
  • Mayor productividad: puedes enfocarte en lo esencial.

Cómo establecer límites laborales (qué sí hacer)

  • Identificar necesidades: reflexiona qué te incomoda o sobrecarga.
  • Comunicar con claridad y respeto: usa frases como “necesito…” o “prefiero…”.
  • Ser firme y coherente: mantén tus decisiones sin culpa.
  • Decir “no” con asertividad: rechazar tareas excesivas es válido.
  • Definir horarios: deja claro tu disponibilidad.
  • Apoyarte en RH o líderes: busca respaldo cuando lo necesites.
  • Reconocer tus no negociables: aspectos que no vas a ceder.
  • Comprender tu valor: no necesitas hacer más para demostrarlo.

Ejemplos prácticos:

  • No responder correos fuera de horario.
  • Decir: “Esa tarea no está dentro de mis funciones”.
  • Programar pausas durante la jornada.

¿Qué hacer si la cultura de tu empresa no permite poner límites?

Aquí es donde entra la parte más compleja: no todas las organizaciones fomentan un entorno en el que los colaboradores puedan expresarse libremente. En esos casos:

  • Busca apoyo en Recursos Humanos: pueden ayudarte a mediar y recordarte tus derechos laborales.
  • Documenta las situaciones: dejar registro de excesos en la carga o faltas de respeto puede ser útil.
  • Dialoga con un líder de confianza: hay jefes que pueden interceder.
  • Apóyate en colegas: construir redes internas ayuda a normalizar el respeto de límites.
  • Busca asesoría externa: psicólogos laborales o especialistas en riesgos psicosociales pueden orientarte.

Rol de Recursos Humanos y líderes

El compromiso no debe recaer únicamente en el colaborador. RH y las personas líderes tienen un papel clave en la creación de entornos donde poner límites sea posible y seguro.

¿Qué pueden hacer?

  • Dar espacios de escucha activa y retroalimentación sin juicios.
  • Promover seguridad psicológica: que el equipo pueda expresar dudas, errores o desacuerdos sin miedo a represalias.
  • Implementar políticas claras de respeto a horarios y cargas de trabajo.
  • Delegar responsabilidades de forma justa, evitando sobrecarga en ciertos puestos.
  • Capacitarse en inteligencia emocional y comunicación asertiva.

Límites laborales y NOM-035

En México, la NOM-035-STPS obliga a las empresas a identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial. Entre ellos están la falta de control sobre el trabajo y las jornadas extensas, que directamente se relacionan con la dificultad de establecer límites.

Promover que los colaboradores puedan decir “no”, establecer horarios y tener voz en la toma de decisiones es una manera concreta de:

Conclusión: límites como base de la salud organizacional

Poner límites en el trabajo es una práctica de autocuidado, pero también una responsabilidad compartida entre colaboradores, líderes y empresas.

Cuando una organización fomenta el respeto a los límites, crea un entorno más productivo, humano y seguro, alineado con la NOM-035 y con los principios de seguridad psicológica.

Si te cuesta establecerlos, buscar apoyo en RH, un mentor o un psicólogo laboral puede ayudarte a desarrollar las herramientas necesarias.

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