El trastorno de somatización es una condición en la que una persona experimenta múltiples síntomas físicos que no pueden explicarse completamente por una enfermedad médica, pero que causan malestar real y afectan su vida diaria. Estos síntomas no son inventados ni exagerados; se sienten de forma auténtica, aunque su origen esté estrechamente ligado a factores emocionales, psicológicos o situaciones de estrés.
Quienes viven con este trastorno suelen visitar médicos con frecuencia, someterse a estudios y sentirse frustrados cuando no se encuentra una causa física clara. Esto puede generar ansiedad, temor a padecer enfermedades graves o una sensación de no ser comprendidos. Por eso, un enfoque integral que incluya apoyo emocional, psicoeducación y tratamiento psicológico es fundamental para mejorar la calidad de vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el trastorno de somatización puede estar afectando a un porcentaje de la población que oscila entre el 0,2% y el 2%. Sin embargo, muchos casos no son diagnosticados. Por eso, es importante conocer qué es el trastorno de somatización y cómo se manifiesta para saber cuándo buscar la ayuda adecuada.
En este artículo hablamos de:
¿Qué es un trastorno de somatización o somatomorfo?
El trastorno de somatización es un trastorno psicológico en el que la persona presenta síntomas físicos persistentes —como dolor, fatiga, problemas gastrointestinales o mareos— sin que exista una causa médica suficiente para explicarlos. Estos síntomas afectan de manera significativa el bienestar y pueden llevar a la persona a buscar múltiples opiniones médicas sin encontrar respuestas concretas.
Este trastorno no implica que los síntomas “no sean reales”; por el contrario, son totalmente auténticos y generan un impacto real. Sin embargo, su origen suele estar relacionado con emociones acumuladas, estrés, ansiedad o dificultades para expresar malestar psicológico de forma verbal, lo que lleva al cuerpo a manifestarlo mediante síntomas físicos.
Características
El trastorno de somatización se caracteriza por la presencia de síntomas físicos diversos y persistentes, que generan preocupación o malestar significativo. Aquí tienes sus características explicadas en una sola línea cada una.
- Síntomas variados: La persona presenta dolores, molestias o malestares en diferentes partes del cuerpo.
- Duración prolongada: Los síntomas se mantienen durante meses o incluso años.
- Afectación funcional: La condición interfiere con actividades diarias como trabajo, estudio o relaciones.
- Preocupación intensa: La persona puede sentir temor constante a padecer una enfermedad grave.
- Búsqueda frecuente de atención médica: Suele acudir a múltiples médicos para encontrar respuestas.
- Ausencia de causa clara: No se detectan explicaciones médicas suficientes para la intensidad de los síntomas.
- Impacto emocional: Genera ansiedad, frustración, tristeza y sensación de incomprensión.
Estas características muestran que el trastorno necesita un enfoque médico y emocional para ser atendido adecuadamente.
Causas
Las causas del trastorno de somatización no son únicas; suelen combinar factores emocionales, psicológicos y biológicos. Aquí están explicadas en una sola línea cada una.
- Estrés acumulado: Situaciones prolongadas de tensión pueden traducirse en síntomas físicos.
- Ansiedad o depresión: Emociones intensas pueden manifestarse a través del cuerpo.
- Afrontamiento limitado: Dificultades para expresar emociones o pedir ayuda aumentan el riesgo.
- Experiencias traumáticas: Eventos dolorosos pueden dejar huellas corporales invisibles.
- Factores familiares: Crecer en ambientes donde el malestar se expresa físicamente puede influir.
- Hipervigilancia corporal: Atención excesiva a sensaciones físicas normales que se interpretan como alarmantes.
No existe una única causa, sino una suma de experiencias y emociones que se reflejan en el cuerpo.
Diagnóstico
El diagnóstico del trastorno de somatización requiere una evaluación clínica completa realizada por profesionales de la salud. Generalmente comienza con descartar condiciones médicas que puedan explicar los síntomas, lo que suele implicar análisis, estudios y entrevistas detalladas. Una vez descartadas causas físicas, el diagnóstico se centra en comprender el impacto emocional, la duración de los síntomas y el patrón de preocupación constante.
Los psicólogos y psiquiatras utilizan criterios específicos (como los del DSM-5) para determinar si los síntomas y la preocupación cumplen con los criterios del trastorno. Es importante resaltar que el objetivo no es demostrar que “no hay nada”, sino encontrar una explicación que permita ofrecer un tratamiento adecuado y que valide el malestar de la persona.
Tratamiento
El tratamiento combina apoyo psicológico, estrategias de manejo emocional y, en algunos casos, intervención médica. Aquí tienes opciones descritas en una sola línea.
- Psicoterapia: Ayuda a identificar emociones que se manifiestan en el cuerpo y a expresarlas de forma saludable.
- Terapias cognitivas: Corrigen interpretaciones alarmantes sobre sensaciones corporales.
- Manejo del estrés: Reduce la intensidad de los síntomas físicos.
- Educación en salud: Entender el trastorno disminuye la preocupación y el miedo.
- Medicamentos: En algunos casos se usan para ansiedad o depresión asociadas.
- Seguimiento continuo: Evita repetir consultas médicas innecesarias y mejora la estabilidad emocional.
La mayoría de las personas mejora significativamente con apoyo psicológico constante.
¿Dónde encontrar ayuda?
Acceder a ayuda profesional es fundamental para entender los síntomas y aprender a manejarlos de forma saludable.
- Psicólogos online: Permiten recibir apoyo emocional desde casa con profesionales certificados.
- Centros de salud mental: Ofrecen evaluaciones presenciales y seguimiento.
- Líneas de atención emocional: Brindan orientación inmediata en momentos de crisis.
- Psiquiatras: Evalúan si existe ansiedad o depresión asociada.
- Plataformas de terapia en línea: Permiten elegir psicólogos especializados según las necesidades de cada persona.
- Redes de apoyo: Familiares y amigos pueden ser un soporte importante.
Buscar apoyo no es debilidad, es un paso necesario para recuperar bienestar y calidad de vida.
Factores de riesgo
Algunas condiciones pueden aumentar la probabilidad de desarrollar trastorno de somatización.
- Antecedentes familiares: Tener familiares con el trastorno aumenta el riesgo.
- Dificultad para manejar el estrés: Emociones acumuladas se expresan a través del cuerpo.
- Problemas de ansiedad: Incrementan la hipervigilancia corporal.
- Traumas pasados: Eventos duros pueden traducirse en síntomas físicos con el tiempo.
- Ambientes poco expresivos: Dificultad para hablar de emociones en casa.
- Problemas de salud previos: Pueden hacer que la persona tema recaídas.
Los riesgos se pueden manejar: identificarlos permite trabajar en ellos desde la prevención.
La importancia de cuidar de ti
Cuidar de ti implica escuchar a tu cuerpo, pero también comprender que muchas veces lo que sientes físicamente puede estar conectado con tu mundo emocional. Vivir con síntomas sin explicación aparente puede ser agotador, pero no tienes que pasarlo sola. Los psicólogos online en Terapify pueden acompañarte a entender tus síntomas, reducir el malestar emocional y aprender nuevas formas de gestionar el estrés.
Hablar con un profesional te permite recuperar claridad, calma y control sobre lo que está pasando. Pedir ayuda no solo mejora tus síntomas físicos, también te ayuda a fortalecer tu bienestar emocional. Dar este paso es una forma profunda de autocuidado.
Referencias
- Mayo Clinic. (2018). Trastorno de síntomas somáticos – Síntomas y causas. Recuperado de: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/somatic-symptom-disorder/symptoms-causes/syc-20377776
- MedlinePlus. (s.f.). Enfermedad de Huntington. Recuperado de https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000955.htm
- Kroenke, K. (2003). Patients presenting with somatic complaints: Epidemiology, psychiatric comorbidity and management. International Journal of Methods in Psychiatric Research.
- Barsky, A. J., & Borus, J. F. (1999). Functional somatic syndromes. Annals of Internal Medicine.
- Mayou, R., Bass, C., & Sharpe, M. (2003). Treatment of Functional Somatic Symptoms. Oxford University Press.
Preguntas frecuentes sobre el Trastorno de Somatización
Respuestas claras a dudas comunes que muchas personas tienen cuando empiezan a notar síntomas físicos sin una causa médica evidente.

