El síndrome premenstrual disfórico (SPM-D) es una condición que afecta a algunas mujeres durante la fase previa a la menstruación, generando cambios emocionales y físicos mucho más intensos que los del síndrome premenstrual común. No se trata solo de sentirse “más sensible”, sino de síntomas que pueden interferir de manera seria con la vida diaria, las relaciones y el bienestar emocional.
Esta condición suele ser cíclica, es decir, aparece unos días antes del periodo y mejora al iniciar la menstruación. Aunque puede sentirse abrumador, existen tratamientos y apoyos eficaces que ayudan a recuperar la estabilidad emocional y mejorar la calidad de vida.
Un estudio realizado en un hospital español, en el cual se estudió a 388 mujeres con edad reproductiva, arrojó que las manifestaciones premenstruales son síntomas físicos (84.5%), e irritabilidad/agresividad (39.2%), también el ánimo decaído (37.1%). Estas cifras demuestran que, aunque se dan síntomas físicos, también hay síntomas psicológicos para los que se requieren los servicios de un psicólogo.
En este artículo hablamos de:
¿Qué es el trastorno disfórico premenstrual?
El síndrome premenstrual disfórico es un trastorno relacionado con el ciclo menstrual en el que los cambios hormonales desencadenan síntomas emocionales intensos, como irritabilidad, tristeza profunda o ansiedad marcada. Estos síntomas no son simplemente molestos; pueden impedir concentrarse, trabajar con normalidad o mantener relaciones saludables.
A diferencia del síndrome premenstrual tradicional, el SPM-D se considera un trastorno más severo porque genera malestar significativo y afecta áreas importantes de la vida. Reconocerlo es clave para buscar apoyo adecuado y evitar que se vuelva un ciclo emocionalmente agotador todos los meses.
Características
Antes de enlistarlas, es importante entender que estas características suelen repetirse de forma mensual y están vinculadas al ciclo femenino. Esto ayuda a diferenciar el SPM-D de otros trastornos emocionales.
- Cambios emocionales intensos: Reacciones más fuertes de lo habitual ante situaciones cotidianas.
- Irritabilidad marcada: Sensación constante de enojo, frustración o poca tolerancia.
- tristeza o desesperanza profunda: Sentimientos que no se explican solo por el estrés diario.
- Aumento de la sensibilidad: Mayor vulnerabilidad emocional durante los días previos al periodo.
- Interferencia en la vida diaria: Los síntomas impiden trabajar, concentrarse o relacionarse con normalidad.
Estas características permiten identificar el patrón del síndrome y entender que no se trata de “exageración”, sino de una condición real que merece atención.
Síntomas
Los síntomas pueden variar de una mujer a otra, pero suelen seguir un patrón mensual y afectar tanto lo emocional como lo físico.
- Cambios de humor intensos: Pasar rápidamente de la calma al llanto o al enojo.
- Ansiedad o tensión: Sensación constante de preocupación o nerviosismo.
- Dificultad para concentrarse: Problemas para enfocarse en tareas sencillas.
- Fatiga extrema: Cansancio más fuerte de lo habitual sin causa aparente.
- Problemas de sueño: Insomnio o necesidad excesiva de dormir.
- Síntomas físicos: Dolor de cabeza, hinchazón, sensibilidad en los senos o molestias corporales.
Reconocer estos síntomas ayuda a diferenciar entre un malestar temporal y un trastorno que puede mejorar con un enfoque adecuado. Existen otros síntomas.
Síntomas psicológicos:
- Sentimientos agudos de tristeza y desesperanza.
- Ideas suicidas.
- Fluctuaciones en el estado de ánimo.
- Periodos de llanto.
- Ataques de pánico.
- Irritabilidad perseverante.
- Tensión.
- Sensación de ansiedad.
- Desinterés actividad y relaciones sociales.
- Sensación de pérdida de control.
- Necesidad de ingestas excesivas o alimentos insalubres.
- Alteración de la concentración.
- Problemas para dormir.
Síntomas físicos:
- Sensibilidad mamaria
- Distensión abdominal y gases.
- Dolor muscular o articular.
Si se presentan algunos de los síntomas que enumerados, bien sean psicológicos o físicos, con una intensidad y gravedad que interrumpan tu rutina diaria, lo mejor es que consultes a un psicólogo online o médico que pueda ofrecerte un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Causas
Las causas del síndrome premenstrual disfórico no están completamente definidas, pero se han identificado factores relacionados que influyen en su aparición.
- Cambios hormonales: El aumento y la disminución de ciertas hormonas antes del periodo.
- Sensibilidad a la serotonina: El cerebro responde de manera diferente a este neurotransmisor.
- Antecedentes de ansiedad o depresión: Mayor vulnerabilidad emocional en los días previos a la menstruación.
- Predisposición genética: Algunas mujeres tienen mayor probabilidad de desarrollarlo.
- Estrés crónico: El desgaste emocional puede intensificar los síntomas.
Diagnóstico
El diagnóstico del síndrome premenstrual disfórico se basa en el seguimiento de los síntomas durante varios ciclos menstruales. Un profesional de la salud suele pedir registrar los cambios físicos y emocionales en un calendario para identificar patrones repetitivos y diferenciarlo de otros trastornos emocionales que no siguen ciclos hormonales.
También pueden realizarse evaluaciones médicas para descartar causas físicas o condiciones relacionadas. Aunque puede parecer complicado, obtener un diagnóstico adecuado es un paso esencial para recibir un tratamiento personalizado y efectivo.
Tratamiento
El tratamiento del SPM-D puede combinar cambios en el estilo de vida, estrategias emocionales y, en algunos casos, apoyo profesional.
- Ajustes en la alimentación: Reducir cafeína, sal y azúcares para disminuir malestares físicos.
- Actividad física regular: Liberar tensión y mejorar el estado de ánimo.
- Técnicas de relajación: Respiración consciente, yoga o meditación para equilibrar emociones.
- Terapia psicológica: Trabajar con técnicas que ayuden a gestionar los pensamientos y reacciones.
- Consultar a un psicólogo online: Acceso flexible para recibir orientación profesional.
- Medicación cuando es necesario: Bajo supervisión médica, especialmente en casos severos.
Un enfoque integral suele brindar mejores resultados y permite a las mujeres sentirse más en control de su bienestar emocional.
¿Dónde encontrar ayuda?
El apoyo adecuado puede marcar una gran diferencia en el día a día. Existen distintas opciones para acompañar este proceso.
- Psicólogos en línea: Facilitan recibir apoyo sin importar la ubicación o el horario.
- Clínicas y centros de salud: Profesionales especializados en salud femenina.
- Terapia psicológica individual: Espacios seguros para aprender a regular emociones y reducir síntomas.
- Grupos de apoyo: Compartir experiencias con otras mujeres que viven lo mismo.
- Seguimiento médico: Para evaluar si se requiere tratamiento combinado o ajustes hormonales.
Buscar ayuda no es una muestra de debilidad, sino una herramienta para recuperar bienestar emocional.
La importancia de encontrar ayuda
Buscar apoyo cuando se tiene síndrome premenstrual disfórico puede cambiar por completo la experiencia mensual. No se trata solo de aliviar síntomas, sino de aprender a manejar las emociones, entender el cuerpo y evitar que el malestar afecte la vida personal, laboral o familiar.
La atención temprana permite identificar las mejores estrategias de cuidado, ya sea a través de cambios en el estilo de vida, apoyo emocional o terapia psicológica. Acceder a un psicólogo online o a psicólogos en línea puede ser una alternativa cómoda y efectiva para quienes necesitan orientación constante y profesional.
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Fuentes:
- Pearlstein, T., Steiner, M. (2008). Trastorno disfórico premenstrual: la carga de la enfermedad y actualización sobre el tratamiento; 33(4): 291–301.
- HealthyWomen:healthywomen.org/condition/premenstrual-syndrome, www.healthywomen.org/condition/menstrual-disorders
- Síndrome premenstrual y trastorno disfórico premenstrual. Sociedad Iberoamericana de Información Científica
- APA Dictionary of Psychology. (s.f.). Trastorno Disfórico Premenstrual. Recuperado de https://dictionary.apa.org/premenstrual-dysphoric-disorder