Somatizar: qué es, síntomas, tratamientos

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Somatizar es cuando una persona siente dolores o molestias en el cuerpo, pero esas molestias vienen de emociones como el miedo, la tristeza o el estrés, y no de una enfermedad física. Es importante entender las causas de la somatización y el por qué afectan físicamente para poder buscar una solución.

La salud mental y física están intrincadamente relacionadas, un principio que se manifiesta de manera evidente en el fenómeno de la somatización. Esta condición, a menudo malinterpretada, revela cómo nuestras emociones y pensamientos pueden manifestarse a través de síntomas físicos.

La somatización es un proceso mediante el cual las personas experimentan y comunican síntomas físicos que no tienen una causa médica identificable. Estos síntomas físicos son una manifestación de problemas psicológicos o emocionales.

¿Qué es somatizar?

Somatizar es cuando una persona se siente mal del cuerpo, como si tuviera dolor de panza, de cabeza o en el pecho, pero en realidad no está enferma físicamente. Esos dolores aparecen porque está muy triste, asustada, enojada o nerviosa.

La Real Academia Española define somatizar como la “Somatizar es la manifestación de síntomas físicos de un trastorno psíquico”.

Sin embargo una definición más psicológica la tenemos por parte de la American Psychological Association (APA)  describe la somatización es cuando las personas experimentan y comunican síntomas físicos que no tienen una causa médica identificable, lo que sugiere una conexión entre la mente y el cuerpo que va más allá de lo puramente físico.

La somatización refleja cómo el estrés, la ansiedad, los traumas emocionales y otros factores psicológicos pueden traducirse en dolores corporales, molestias digestivas, fatiga extrema, entre otros síntomas físicos, sin que existan hallazgos médicos que los expliquen completamente.

Esta condición destaca la interconexión entre la mente y el cuerpo, sugiriendo que el bienestar emocional y psicológico tiene un impacto directo en la salud física.

Características de una persona que somatiza

Estas son algunas de las características de una persona que podría estar somatizada

  • Siente dolores frecuentes sin causa médica clara (cabeza, estómago, pecho).
  • Suele estar muy estresada o con muchas preocupaciones.
  • Va seguido al doctor, pero los estudios no muestran enfermedades físicas.
  • Se cansa mucho sin razón aparente.
  • Tiene cambios en el sueño (duerme mal o se despierta con tensión).
  • Le cuesta reconocer o hablar de sus emociones.
  • Cree que algo grave le pasa, aunque los médicos no lo confirmen.

Síntomas

Los síntomas de la somatización pueden variar ampliamente, incluyendo:

  • Dolor crónico sin causa aparente
  • Fatiga extrema
  • Problemas digestivos
  • Dolores de cabeza y migrañas
  • Malestar estomacal (náuseas, diarrea o dolor) sin enfermedad digestiva.
  • Cansancio extremo o debilidad sin razón física clara.
  • Mareos o sensación de desmayo.
  • Falta de aire o dificultad para respirar, sobre todo en momentos de estrés.
  • Palpitaciones o sentir el corazón muy rápido sin esfuerzo físico.
  • Tensión muscular constante (cuello, espalda, mandíbula).
  • Problemas para dormir o sueño poco reparador.
  • Cambios en el apetito (comer mucho o dejar de comer).
  • Sensación de “algo grave me pasa”, aunque los médicos descarten enfermedades.
  • Sensación de hormigueo o adormecimiento en partes del cuerpo.
  • Alteraciones menstruales en mujeres sin causas médicas claras.

Existen otro tipos de síntomas como los neurológicos sin explicación que se caracterizan por la parálisis o pérdida de sensación

Causas de somatización

  • Traumas pasados o recientes
  • Problemas de salud mental, como depresión, ansiedad o algún tipo de trastorno de salud mental
  • Dificultades para expresar emociones
  • Estrés constante: como problemas en la escuela, en casa o en el trabajo.
  • Ansiedad o miedo: cuando la persona se siente en peligro o con muchas preocupaciones.
  • Tristeza o duelo: perder a alguien, vivir una separación o sentirse muy solo.
  • Problemas emocionales sin resolver: como no hablar de lo que duele por dentro.
  • Ambiente familiar difícil: gritos, discusiones o poca expresión emocional en casa.
  • No saber expresar lo que se siente: algunas personas aprenden a callarse o no saben cómo hablar de sus emociones.
  • Experiencias traumáticas del pasado: situaciones muy dolorosas que se vivieron en la infancia o más adelante.
  • Presión por ser “fuerte” o no mostrar debilidad: algunas personas cargan todo sin pedir ayuda.

La somatización es un claro ejemplo de cómo nuestras emociones y estado mental pueden influir en nuestro bienestar físico. Este fenómeno destaca la importancia de abordar la salud de manera holística, reconociendo que el cuidado de la mente es igualmente crucial para la salud física.

Tipos de somatización

Existen algunos tipos de somatización que pueden ser identificables estos son algunos de los más comunes:

  • Somatización física general: Se manifiesta con dolores o molestias en varias partes del cuerpo.
  • Somatización gastrointestinal: Afecta el sistema digestivo, dolores en el estomago y cólicos.
  • Somatización cardíaca: Aparecen síntomas relacionados con el corazón, pueden ser dolores.
  • Somatización respiratoria: Se relaciona con el sistema respiratorio, problemas para respirar.
  • Somatización neurológica: Se presentan síntomas similares a los de un problema neurológico.
  • Somatización dermatológica: Afecta la piel, pueden ser ronchas o comezón
  • Somatización sexual o menstrual (en mujeres): síntomas sin causas ginecológicas claras.

Ejemplos de cada tipo de somatización

Cada uno de estos tipos de somatización tienen ejemplos en el día a día, te compartimos algunos para que puedas identificarlos cuando se presenten:

  • Somatización física general: dolor de cabeza, estómago, espalda o pecho, sin causa médica clara.
  • Somatización gastrointestinal: náuseas, diarrea, estreñimiento, inflamación abdominal.
  • Somatización cardíaca: presión en el pecho, taquicardia, sin que exista un problema cardíaco real.
  • Somatización respiratoria: dificultad para respirar, sensación de ahogo o falta de aire.
  • Somatización neurológica: mareos, temblores, hormigueos, visión borrosa, desmayos.
  • Somatización dermatológica: picazón, enrojecimiento, ardor o sensación de calor sin causa visible.
  • Somatización sexual o menstrual (en mujeres): dolor menstrual excesivo, molestias genitales o pérdida de deseo sexual.

Si presentas alguno de estos síntomas, podrías acudir a un médico general para descartar algún tipo de enfermedad física, pero si persisten es recomendable asistir con un profesional de la salud como un psicólogo.

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Diagnóstico de la somatización

El diagnóstico de la somatización lo hace un médico o psicólogo. Pero es un proceso que implica descartar otras condiciones médicas y evaluar la presencia de síntomas físicos que no tienen una explicación médica aparente.

Dado que los síntomas de la somatización pueden ser variados y afectar distintas partes del cuerpo, el proceso diagnóstico es complejo y requiere un enfoque integral. La somatización puede llevar a una serie de problemas, incluyendo:

  • Dificultades en el diagnóstico y tratamiento médico, ya que los síntomas pueden ser malinterpretados o atribuidos incorrectamente a causas físicas.
  • Aislamiento social y problemas en las relaciones, debido a la incomprensión de la condición por parte de otros.
  • Incremento en el estrés y la ansiedad, al no encontrar una explicación o solución a los síntomas físicos.

El diagnóstico de la somatización es fundamentalmente un diagnóstico de exclusión, que se establece después de un cuidadoso proceso de evaluación y descarte de otras causas médicas. La colaboración entre profesionales de la salud mental y médicos es esencial para un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo.

¿Dónde acudir por ayuda?

Si consideras que tienes alguno de estos síntomas podrías acudir por ayuda o con los siguientes especialsitas:

  • Centros de salud mental o clínicas psicológicas.
  • Psicólogos privados o en línea.
  • Hospitales generales (área de psiquiatría o psicología).
  • Plataformas como Terapify, donde puedes hablar con un profesional desde casa.
  • Servicios públicos de salud mental en tu ciudad.

Especialistas

Entre los especialistas podrías encontrar apoyo con estos principalmente:

  • Médicos generales, como primer contacto.
  • Psicólogos clínicos o psicólogos online.
  • Psiquiatras (si se necesita tratamiento médico o medicamentos).

Tratamientos

Existen diferentes tipos de tratamientos para la somatización, entre los más comunes podemos encontrar la terapia psicológica y estos son:

  • Terapia psicológica: La más recomendada es la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), que ayuda a identificar pensamientos negativos y a manejarlos de forma saludable.
  • Técnicas de relajación: Respiración profunda, meditación, mindfulness o relajación muscular progresiva ayudan a calmar el cuerpo y la mente.
  • Actividad física regular: El ejercicio mejora el estado de ánimo, libera tensiones y ayuda a reducir síntomas físicos causados por el estrés.
  • Apoyo psiquiátrico: Si hay ansiedad o depresión intensa, un psiquiatra puede recetar medicamentos para estabilizar el estado emocional.
  • Hábitos saludables: Dormir bien, comer equilibradamente, tener una rutina y cuidar el autocuidado emocional.
  • Terapias alternativas (complementarias): Yoga, arte terapia, musicoterapia o escribir un diario emocional pueden apoyar el proceso terapéutico.

Estos son algunos de los tratamientos recomendados para trabajar la somatización, es importante que todo esto sea complementado con algunos otros consejos para dejar de somatizar.

Cómo dejar de somatizar: consejos prácticos

Estos son algunos consejos prácticos que te podrían ayudar a dejar de somatizar, aparte de la terapia psicológica o los tratamientos ya mencionados:

  • Reconoce tus emociones: aprende a identificar si estás triste, enojado, con miedo o preocupado.
  • Habla de lo que sientes: expresarte con alguien de confianza o con un terapeuta ayuda a no cargar solo con tus emociones.
  • Busca ayuda psicológica: la terapia te enseña a entender por qué tu cuerpo reacciona así y cómo manejarlo.
  • Evita guardarte lo que te molesta: lo que no se expresa, el cuerpo lo transforma en síntomas.
  • Lleva un diario emocional: escribir lo que sientes te ayuda a liberar y entender tus emociones.
  • Sé paciente contigo mismo: dejar de somatizar es un proceso, no se logra de un día para otro.
  • Aprende a decir “no” y poner límites: muchas personas somatizan por complacer siempre a los demás o no cuidar sus propias necesidades.

En algunos casos hay personas que no somatizan a otras que sí: las razones por las que algunas personas somatizan y otras no son complejas y dependen de una combinación de factores genéticos, ambientales, psicológicos y sociales.

La capacidad de cada individuo para manejar el estrés, su historia de vida, y la presencia de traumas o enfermedades mentales pueden influir en la predisposición a somatizar.

La importancia de buscar ayuda

La somatización no significa que estés inventando tus síntomas, significa que tu cuerpo está hablando por las emociones que no han podido salir de otra manera. No estás solo ni eres débil por sentirte así. Pedir ayuda psicológica es un acto de valentía y cuidado propio.

Con el acompañamiento adecuado, puedes aprender a escuchar tus emociones, sanar desde adentro y recuperar tu bienestar físico y emocional. Tu dolor merece ser comprendido, no ignorado.

La terapia psicológica juega un papel crucial en el tratamiento de la somatización. Ofrece un espacio seguro para explorar las emociones, traumas y conflictos subyacentes que pueden estar contribuyendo a los síntomas físicos. Además, puede enseñar técnicas efectivas de manejo del estrés y ayudar a los pacientes a desarrollar una mejor comprensión y conexión con su propio cuerpo.

La somatización es un recordatorio poderoso de la interconexión entre nuestra mente y cuerpo. Reconocer y tratar esta condición requiere un enfoque compasivo y holístico que abarque tanto la salud mental como física.

Este contenido es informativo y ha sido revisado por nuestro equipo clínico. Ten en cuenta que no sustituye las recomendaciones personalizadas que un psicólogo puede darte en consulta. Si sientes que necesitas apoyo psicológico, no dudes en buscar ayuda. Aquí puedes encontrar psicólogos acreditados que están listos para ayudarte.

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Fuentes

  • Kirmayer, L. J., & Sartorius, N. (2007). Culture and Somatic Symptoms. Basel: Karger.
  • Lipowski, Z. J. (1988). Somatization: The concept and its clinical application. American Journal of Psychiatry, 145(11), 1358–1368.
  • Sifneos, P. E. (1996). Affect, somatization, and the psychosomatic process. New York: Jason Aronson.

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